El último día

Hoy acaban muchas cosas.

Ha sido mi última clase en Risoterapia, con las caras de Fátima, las respiraciones profundas, las carcajadas, las coreografías de Hannah Montana con la canción "Bajo el mar", las situaciones absurdas con una silla y una nariz de payaso, los madrugones a las 8 de la mañana para ir corriendo al Mcdonalds, y para que Irene se quede sopa. La última vez que entro en el salón de actos con la única intención de aprender a reírme y a ser feliz.

Es la última vez que al llegar a casa a las 14 h me apalanque en el ordenador y pierda la noción del tiempo, viendo una serie, una película o simplemente en el msn, olvidándome hasta de comer.

El último día que saldré por la tarde sin preocupaciones por deberes o exámenes, o por encontrarme con algún profesor que pudiera lanzarme miradas acusadoras al día siguiente por mi perrería.

Es el último día que estaremos juntas tal y como ha sido siempre. Puede que no nos separemos inmediatamente, y que consigamos de alguna manera mantener esta maravillosa amistad. Pero no será lo mismo. A partir de mañana todo cambiará, para bien o para mal.

Hoy es el último día de mi verano. Un verano asombroso y casi mágico que nunca había imaginado. He soñado muchas cosas en mi vida, cada cual más asombrosa, y, a pesar de que este verano no ha sido perfecto, no lo cambiaría por nada. En estos tres meses me he descubierto a mí misma y he conocido partes de mí que no sabía ni que existieran. En Túnez, con el Amor que curiosamente sentí por este país. En Benalmádena con mis hermanas Cacahuetes. Y aquí en Badajoz, con Vosotras, siempre lo mismo, siempre igual... pero siempre con mis amigas del alma.

Tres mundos en un verano... Y ha llegado el momento de despedirme de ellos.

A partir de mañana, viviré el principio del final...

... o el final del principio.

En esta oscuridad la claridad eres tú...

Siempre rara

Sinceramente, no sé cómo sentirme. No es que me haya pasado nada, ni que esté triste ni nada de eso. Pero tampoco estoy feliz. Bueno, no es la primera vez que esto me pasa. Las personas que me conocen saben que es normal ver a Laura con la mirada muy lejos, expresión cansada y actitud enfadada o depresiva. No es raro, una y otra vez caigo en el mismo agujero.

Aun así no es como antes. Ya no me hundo tanto, no me empujo a mí misma hacia abajo. Soy realista, y digo que si hoy estoy aquí, mañana saldré, no le doy importancia.

Y no es mi problema. Creo que puedo convivir con esto, estar todos los días feliz me cansa (hace cosa de un año pasé por un periodo de extrema felicidad, y al acabar no me sentó muy bien xD)

No sé por qué me siento más rara de lo normal. Nada ha cambiado. Sigo sintiéndome una extraña conmigo misma, como si no me conociera, y temiera hacerlo porque lo que voy a encontrar no me gustará. Supongo que quiero crecer, dejar de sentirme una niñata inexperta.

Dentro de un año empezaré de cero, o empezaré más bien, como dijo una buena amiga. Dentro de un año mi vida cambiará radicalmente. No sé lo que me espera y la verdad es que me da igual. Sólo sé que quiero aprender a superar mis problemas yo sola, sin tener la duda de si el éxito fue cosa de suerte. No quiero seguir sintiéndome encerrada en una pequeña ciudad con un pequeño círculo de amigos.

Y hasta entonces no sé qué hacer... Nunca sé qué hacer con mi vida, y acabo desperdiciándola.

Pensar nunca fue bueno xD

Mírate a un espejo y dime quién eres

Me estoy dando cuenta... de que no podemos nunca, bajo ningún concepto, clasificar a las personas. Es algo que siempre he sabido pero hasta hace poco no he llegado a comprender cuán cierto era esto.

Conoces a cualquier persona y siempre tienes una primera impresión de ella. La asocias con personas que ya conoces o con ideas de tipos de personas que no estás muy seguro de dónde las has sacado. Después la vas conociendo y te fijas en lo equivocado que estabas. ¿Te parecía seria? Pues te partirás con ella. ¿Te parecía interesante? No has conocido persona más coñazo en tu vida. ¿Te parecía alguien desagradable? Acaba siendo tu mejor amigo.

Somos impredecibles, tanto por complejos, como por estar siempre cambiando.

Por no hablar de la manía que tienen algunos de aparentar ser quien no son. Entiendo lo que significa no gustarse a uno mismo, querer cambiar... Pero creo que tenemos que ser honestos con los demás y con nosotros mismos, no tratar ser quien no somos sino conocernos y asegurarnos de saber si realmente somos tan horribles.

Si es tan difícil conocerse a uno mismo, imagínaos cómo es conocer al resto de las personas. No tengamos la soberbia de creer saber cómo son los demás.

Aquellos que lo hagan... miraos a un espejo, y decidme si realmente os conocéis.

Otra carta sin destino

A veces escribo por no llorar... por no sentir...

Necesito escribir para hablarte, para sentirme cercana a tí, y para no guardarme estas emociones que me harían explotar si las acumulara. Sé que nunca me escucharás, pero me he imaginado tantas cosas que una más no me hará daño.

Esta noche me acordé de tí más que nunca. Soy tonta y te busco donde sé que no puedo encontrarte.

No te he olvidado. Lo intento porque tu ausencia me hace daño. La posibilidad (probabilidad) de que prefieras estar con otra o que tus delicadas palabras estuvieran vacías me mata. Odio el olvido de esos dulces días. Odio el tiempo que me hace olvidar. Y te odio a tí por hacerme sentir lo que siento, por hacerme creer qu ete quiero, por darme esperanzas y después no hablarme ni dar señales de vida.

La culpa es mía por ser tan frágil. ¿Tú cómo podías saberlo? Yo no debería ser tan fantasiosa ni tener sueños tan absurdamente románticos. Ya no sé qué quiero... Ojalá no te hubiera conocido... Ojalá te hubiera conocido...

No todos los cuentos de hadas y las historias de amor tienen un final feliz...

Sin saber qué decir

Qué fácil es a veces sentirse desplazada...

Es normal que no contemos las cosas. Las personas se comportan como niños y parece que no tienen vida propia, centrando toda su atención en tí y analizando cada uno de tus movimientos. Nos sentimos observados y avergonzados, y nos arrepentimos por haber confiado en ellos.

Supongo que el equilibrio no es fácil, o nosotros demasiado caprichosos. Queremos que nos presten atención, pero no demasiada. Que nos respondan pero que no digan nada. Que no se lo tomen muy en serio pero que tampoco se lo tomen a coña.

A veces callamos y otras hablamos, y si el tema es conflictivo para uno mismo solemos arrepentirnos hagamos lo que hagamos.

Simplemente, intentemos no darle demasiada importancia a las cosas... Actuemos con indiferencia para que no nos afecten. Dejemos de sentir...

Un pie tras otro

Tengo ganas de pasear. Sin rumbo, sin prisas. Quiero que el tiempo se pare y solo existamos mi mp3 y yo en medio del camino hacia ningún lado. Olvidar el presente por un momento y ver el mundo de otra forma, con los ojos de otra persona, lejana a mí, pero al mismo tiempo más yo misma que cualquier otra.

Y a cada paso alejarme de mis miedos. Un pie tras otro, y los problemas se ven más lejanos.

Un pie tras otro, y mi mente se siente más ligera. Ya no está a punto de estallar. Ya no quiere estallar.

Ahora sólo quiere volar.

I've got a feeling... that tonight's gonna be a good night!

Un cambio radical en pocos minutos. Tras varias llamadas y muchos "¡¡¡Pooooorfaaaaa!!!" con tono de niña buena conseguimos celebrar el cumpleaños de nuestra pequeñaja. San cumplía hoy 18 años, y como todos los años la idea era ir a su casa a pasar la noche, ya que vivir en medio de la nada con piscina y un jardín más grande que mi casa tiene sus ventajas.

Bueno, que al final resultó, las convencimos a todas y en cinco minutos llené mi mochila, me pasé por Mercadona a comprar las guarrerías, una tarta que no hemos probado, y a olvidarme de las pizzas (no soy perfecta, no puedo estar en todo ¬¬).

Y la noche... genial. Muchas risas y momentos absurdos y ridículos. ¡Chuck Norris! ¡Joe Jonas! Entre otros... Mucho frío. Muchas estrellas. Varias fugaces. Ninguna fular... Conversaciones filosóficas acerca de la muerte y sujetadores (Ò_ó bueno, Raquel y San nos tienen que explicar esto último...).

Todo muy precipitado, muy precipitado... ¡Los planes precipitados son los mejores! ¡Aprended para la próxima!

Reset

A veces me gustaría coger una goma y borrarlo todo. Las discusiones, las emociones, lo que pasó... Cualquier rastro de una vida pasada que sólo te trae quebraderos de cabeza. Es en estos momentos cuando me resulta difícil recordar por qué quiero a lo que me rodea. El sentimiento de amor resulta tan fuera de lugar que todo lo demás pierde el sentido.

Será que a veces sólo vemos de cerca, demasiado cerca para ver realmente. Y nos sorprendemos encontrando la hipocresía y el egoísmo donde no deberían estar. Nos explotan la burbuja y nos damos cuenta de que no somos tan diferentes de aquéllos a los que despreciamos alguna vez.

El problema son nuestras esperanzas e ilusiones, la fé puesta en la gente. Nos olvidamos de lo fácil que es decepcionarse.

La vida es un juego pero debemos saber las reglas si no queremos perder.

Más monotonía en mi existencia... cartas, calor, risas, calor, idas y venidas a ninguna parte, mucho rato en el Burger King con los helados, indecisión en todo... más calor...