jueves, 17 de diciembre de 2009

Nieve

Le gusta ver caer los copos de nieve.

En estos momentos vuelve a ser una niña con trenzas y ojos grandes llenos de emoción. Vuelve a su infancia. Demasiado corta, demasiado pronto tuvo que aprender a ser una mujer. Por ello recuerda esos momentos con especial cariño. Sobre todo los días de nieve.

Vuelve a oler el café recién hecho, preparado con esmero por su madre, y la oye quejarse de la fuerte tormenta. El humo del fuerte tabaco de su padre inunda la habitación. Escucha a su hermana pequeña jugando con su vieja muñeca de trapo. Y vuelve a sentir esa seguridad del cálido hogar en medio del mundo frío, que sólo llegó a alcanzar de pequeña, antes de hacerse mayor.

Antes de que los juegos fueran sustituidos por el trabajo, de que la luz de su mirada se escondiera detrás de las ojeras, de que la belleza de la juventud se apagara y su cara quedara surcada por las cicatrices de la vejez.

Pero, por un instante, mientras los copos de nieve caen, vuelve a ser una niña. Sus cansados ojos recuperan parte de su luz, y vuelve a sentir la calidez del amor en su solitario corazón.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Hielo


Con vivos... con muertos... brindando juntos por un año más... un año menos...





Frío

Casi tanto como en mi interior


Las suaves gotas de lluvia decoraron su pelo con lágrimas de cristal, y la joven renació sintiendo de nuevo el palpitar de su astillado corazón.

sábado, 5 de diciembre de 2009

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Y al fin todas esas lágrimas tan celosamente guardadas durante semanas...
... fueron libres.
Y el llanto lo impregnó todo.