jueves, 8 de julio de 2010

Que el Sol se hiele.

Que el Sol se hiele. No quiero sentir esta quemazón, esta pasión, que mi corazón lata a un ritmo alarmante amenazando con pararse. Que se hiele esta sensación por favor. Los agobios, los temores, el fuego provocado por un amor... que se agoten.

Recuperar la templanza, la serenidad, la frialdad. Que me llamen egoísta, sin emociones, sin preocupaciones. Volver a ser la Reina de Hielo en medio de la fría noche, admirando únicamente la belleza de la Luna y el brillo de la lluvia.

Que los engranajes de mi corazón funcionen con normalidad en lugar de que se claven en mi pecho. Que mi sangre ya no sea fuego ni mis ojos estén siempre expectantes de una mirada.

Que solo me preocupe por una persona y nadie más...


Anhelo la lluvia y ahora llueve en mi habitación... Me lo tendré que tomar como una señal.

Ratones del desierto.