miércoles, 28 de diciembre de 2011

Otra cosa más...

Siento ser pesada, pero es que los copos de nieve se acumulan *-*

Descubriendo las funciones navideñas de youtube

Estaba dando una vuelta por el blog de Joanne Casey y poniéndome al día después de varias semanas sin poder usar tranquilamente el ordenador, cuando vi en este monísimo vídeo un botoncito con forma de copo de nieve. No sabía para qué narices servía y como cualquier persona sensata habría hecho, le dí sin pensar en las consecuencias. Cuál fue mi sorpresa cuando de repente a la tortuguita le empezaron a caer copos de nieve:


Y así fue cómo me morí de amor gracias a youtube *o*

jueves, 8 de diciembre de 2011

Pérdida de mi amado adaptador y otros asuntos de escaso interés

Tras tres intentos fallidos de actualizar, hoy conseguiré quitarme la espinita y plasmar las últimas desdichas de mi vida en éste, mi blog.

Resulta que el adaptador de mi portátil ha muerto definitivamente. Llevaba un par de semanas emitiendo un pitido desconcertante que parecía preceder a una explosión inminente, y para que funcionara me veía en la obligación de retorcer el cable durante un intervalo de tiempo que podía durar de 10 segundos a 2 horas, hasta conseguir, casualmente, la posición adecuada para que llegara la corriente.

Pero el viernes pasado en clase, haciendo un trabajo (un momento muy oportuno) finalmente dejó de funcionar, aunque usara esa sofisticada técnica que dejaba al descubierto mis problemas mentales. Y ahora quiero volver a la tienda donde lo compré para sustituirlo por otro, aprovechando que me he venido en el puente a Badajoz. Claro que hasta mañana no podré porque hoy es fiesta, y mientras tanto uso el portátil de mi madre, el cual, a pesar de obligarme a usar el explorer, es mejor que nada. Por lo menos puedo descargarme los apuntes del campus virtual.

Porque aunque sea puente y haya vuelto a mi ciudad de origen, no estoy de vacaciones. Tengo que hacer dos trabajos y estudiar para un exámen. E intercalarlo con ver a mis conocidos. Y ya si me queda tiempo, intentar no morirme por el camino.

No llevo ni 24 horas aquí y ya echo de menos Madrid. Creo que me he acostumbrado demasiado rápido a la contaminación, las avenidas enormes, el metro, la ausencia de mi madre y sus gritos, vivir sin los mordiscos de la que antaño fue mi gata y ahora se ha convertido en un felino psicópata que no me reconoce (la única diferencia es que no me reconoce)...

Por lo demás todo bien... Me he comido una buena parte de la tarta de cumpleaños de mi hermano (la pobre estaba abandonada en la nevera); anoche salí con Quique, Nidia y Pececito (no recuerdo la última vez que estuvimos los cuatro juntos) y me entró una morriña terrible recordando los buenos momentos que pasábamos en la biblioteca; fuimos a una tetería, quedé con Sarkeis para tomar un chocolate de plátano (sí, yo también puse esa cara), y he descubierto los pequeños cambios que ha habido en mi ciudad (la librería del barrio se ha convertido en una tienda de electrodomésticos, han puesto unas luces de navidad en el centro que parecen sacadas de una película porno, y todas las calles de los alrededores de mi casa están en obras).

Para acabar quiero dejar claro que odio las etiquetas. Es decir, me gusta usarlas, pero me temo que soy tan sumamente torpe que no sé utilizarlas de una forma clara, y al final acabo creando una nueva para cada entrada y se vuelve absurdo perder el tiempo con esto.

Soy tan tonta que a veces me duele