martes, 17 de julio de 2012

Tanta indignación con las corridas de toros me ha pasado factura

Ayer me soñé que era un hombre de entre 70 y 80 años en la playa. Pero no hacía cualquier cosa, no... Andaba vestido con un traje espantosamente brillante, con el agua hasta las rodillas, y moviendo una especie de capa roja con un toro delante. Sí, ahora tenéis que decir "¿Pero qué cojones... ?" Yo también lo dije cuando me desperté.

No ocurrió gran cosa; yo estaba muerto de miedo delante del bicho, pensando en adentrarme en aguas mas profundas y huir del animal, pero como no conocía muy bien las limitaciones de mi nuevo cuerpo de octogenario opté por pasarle el relevo a otro posible abuelo. Tras ello, volví a ser una chica de 20 años y me senté con mis compañeros de clase a tomar el sol en las toallas.

Pero eso es otra historia...

lunes, 16 de julio de 2012

Polstergeist en blogger ¬¬

Por cierto, no sé qué narices le pasa a este blog pero me está dando problemas con el diseño. En las últimas entradas las letras me salen con otro color de fondo, y en los comentarios pone "comentarios" cuando dejé bien claro en su momento que quien me escribe algo aquí es un sinvergüenza insultándome (yo la primera).

Seguro que hay más cosas raras pero como hace tiempo que no uso esto no las he visto aun. En fin, tenía pensado hacer una renovación general así que a ver si lo soluciono...

La niña mata-moscas

Estaba trasteando en la cocina, limpiando la cafetera, cuando he visto una mosca posada en la encimera mientras colocaba un paño. Esto me ha provocado una especie de efecto déjà vu y he recordado cuando era pequeña, en los primeros años de primaria, y me dedicaba a matar moscas con un paño de cocina (lo siento si hiero la sensibilidad de algún ferviente amante de los animales). Mi tontería era tal que usaba un paño específico con el cual no se me escapaba ni una mosca. Es un poco triste admitir esto pero me sentía muy orgullosa de mis cualidades para la caza de estos pesados bichos. Mi obsesión llegó hasta el punto de que, el día que nos íbamos a una de nuestras acampadas familiares de verano, estábamos a punto de cerrar la puerta y montarnos en el coche cuando de repente grité "¡Esperad! ¡Me he dejado algo!". Mi familia, preocupada por el tono de urgencia que usé, me permitieron pasar corriendo, e imaginaos la cara que pusieron cuando me vieron llegar con el paño. "Pero hija... que ya llevamos paños de cocina...", "Ya, pero es que quiero éste..." .

Y ahora, a mis veinte años de edad, echo la vista atrás y recuerdo a esa niña, un poco solitaria, demasiado seria, pero que llegaba a emocionarse por las cosas más insignificantes y estúpidas y... me pregunto cómo narices ha conseguido sobrevivir tanto tiempo. En serio, por mera cuestión de supervivencia. Creo que la naturaleza está rota.

Bueno, con esta pequeña anécdota autorridiculizante os dejo.