lunes, 30 de septiembre de 2013

jueves, 26 de septiembre de 2013

Noche de cine: The Troll Hunter (Trolljegeren)

Anoche me decidí a ver esta película que ya me había llamado la atención en algún que otro blog de cine. Se presentó en el festival Sitges en 2011, y ahora los estadounidenses van a hacer un remake (cuyo resultado no me transmitirá demasiada confianza, pero he de admitir que el hecho de que Hollywood quiera realizar remakes de películas extranjeras suele ser un punto a favor para estas últimas). Está realizada en formato de falso documental, lo cual, junto con la ambientación en bosques donde ocurren sucesos extraños, recuerda muchísimo a El proyecto de la bruja de Blair.


Básicamente el argumento se resume en tres estudiantes que están investigando las muertes de varios osos por la zona del norte de Noruega, acabando por encontrarse con Hans, un supuesto cazador sin licencia, al que seguirán y prácticamente acosarán para indagar en este asunto, acabando por descubrir algo que definitivamente no se esperaban.

Lo cierto es que creo que han conseguido una ambientación muy lograda y, en lo que al comportamiento de los personajes se refiere, bastante realista. Porque si hay algo que me fastidia mucho cuando veo una película es que haya algún que otro idiota haciendo cosas que ni siquiera tienen sentido, perdiendo la coherencia de la trama y cuyo único objetivo es tener una excusa para que ocurra algo que no han sabido cómo hilar. Otra cosa que me ha encantado es el hecho de que vayan explicándolo todo, dando gran cantidad de datos y resolviendo dudas que ni siquiera me había planteado. La clave de todo esto ha sido el personaje del cazador, Hans, un hombre que acabó resultándome de los más entrañable y que tuvo la gentileza de responder a todas las preguntas que los estudiantes le hacían y de mostrar sus métodos de caza delante de la cámara. Todo esto permite al espectador comprender mejor la mitología noruega sobre los trolls, lo cual a mí, desde luego, me pareció de lo más curioso.

Si es que es un abuelito adoreibol

En definitiva, una película entretenida y agradable de ver. Desde mi valoración subjetiva de cinéfila inexperta, que se suele ver afectada según mi estado de ánimo, hambre, hora del día, posición de la luna y colocación de los objetos a mi alrededor, le doy a la película un... 7,5

Agradecería recomendaciones de cualquier tipo para la próxima Noche de cine. Y si veis o habéis visto The Troll Hunter, también me gustaría saber vuestra opinión. ¡Un saludo!

martes, 24 de septiembre de 2013

Andadurías por Madrid: Parque de Roma

Aprovechando el tiempo libre que tengo últimamente, me he propuesto salir a andar y conocer un poco más esta ciudad (tras dos años va siendo hora). El problema es que me está dando mucha pereza coger el metro o cualquier otro tipo de transporte, así que me estoy dedicando a conocer a fondo mi nuevo barrio.

En principio no hay mucho que ver en Moratalaz (al menos es la impresión que tengo hasta ahora, espero que cambie); un sitio tranquilo que no parece ni que forme parte de la capital, con edificios de pocos pisos, abuelitos y familias paseando por la calle y barias terrazas de bares (eso eh bueno). Pero he de admitir que me ha sorprendido gratamente una cosa, hay gran cantidad de parques. Y desde el baremo de un madrileño pueden ser no gran cosa, no demasiado grandes... pero me he cruzado con varios de mayor tamaño que mi pueblo.

Hoy mirando el google maps antes de ir a comprar un par de cosas a Mercadona, me fijé en una gran masa verde al otro lado de la M-30: el Parque de Roma. Tenía varias reseñas positivas (excepto una no tanto diciendo que no era demasiado grande, pero ya he mencionado que el sentido del tamaño lo tienen atrofiado por estos lares), y al estar bastante cerca de donde vivo me fui a explorar.

Tras cruzar uno de estos puentes de vértigo que sobrevuelan las autopistas me di cuenta de que el bosque que se encontraba a mi derecha era en realidad el parque que estaba buscando. Vi a un hombrecito subiendo una cuesta de aproximadamente 90º de inclinación y pensé que lo mejor que podía hacer era adoptar el comportamiento de los lugareños para integrarme. No conté con que ese hombre aparentemente centenario me superaba en capacidad física (lo cierto es que tampoco es difícil estar en mejor forma que yo, pero mi orgullo sigue herido), por lo que no tardé en perderle de vista mientras luchaba por sobrevivir aferrándome a las briznas de hierba. Pero llegué a la cima para sorpresa de los perros que correteaban a mi alrededor, y tras recuperar el aliento en un banco me puse a recorrer el parque.

Estaba lleno de parejas dándose el lote en el césped, ancianos paseando al perro, familias con niños pequeños, gente corriendo, jugando al fútbol... Incluso había un grupo numeroso de niños con dos monitoras que les enseñaban a hacer estiramientos y ejercicios físicos; me entretuve un rato viéndoles moverse como tortugas boca arriba y esforzándose por lograr hacer bien lo que les decían para acabar cuanto antes con esa tortura. Pero no tardé en irme de allí; por cómo me miraban los adultos debí de salir de casa con unas pintas de yonkie peores de lo que creía, y quedarme observando a menores de edad en mayas no iba a mejorar las cosas. O puede que sólo sea una paranoica, pero en cualquier caso alejarme de grupos numerosos me parecía la mejor opción.

Y acabé sentada bajo un árbol leyendo un buen libro mientras Rodolfo (ese crustáceo rosa que sale en la foto), mi nuevo compañero de aventuras, jugaba con las hojas. Y así hasta que anocheció. Un buen día vaya.


Sé que es una entrada demasiado larga para hablar de un parque y de las chorradas que se me pasan por la cabeza. Pido perdón por ello. Supongo que ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que escribí por aquí; tenía muchas ganas de hacerlo pero no me sentía demasiado inspirada, y dado el contenido de toda esta parrafada parece que sigo sin estarlo xD

Bueno, todo llegará. ¡Un saludo!


M-30
Cada vez que hago una foto de éstas me da la impresión
 de que mi móvil acabará estrellado en el parabrisas de algún coche