domingo, 6 de septiembre de 2009

Sin saber qué decir

Qué fácil es a veces sentirse desplazada...
Es normal que no contemos las cosas. Las personas se comportan como niños y parece que no tienen vida propia, centrando toda su atención en tí y analizando cada uno de tus movimientos. Nos sentimos observados y avergonzados, y nos arrepentimos por haber confiado en ellos.
Supongo que el equilibrio no es fácil, o nosotros demasiado caprichosos. Queremos que nos presten atención, pero no demasiada. Que nos respondan pero que no digan nada. Que no se lo tomen muy en serio pero que tampoco se lo tomen a coña.
A veces callamos y otras hablamos, y si el tema es conflictivo para uno mismo solemos arrepentirnos hagamos lo que hagamos.
Simplemente, intentemos no darle demasiada importancia a las cosas... Actuemos con indiferencia para que no nos afecten. Dejemos de sentir...

3 comentarios:

Raquel dijo...

dejar de sentir... ja!

Anónimo dijo...

Tu manera de sentir y mirar es igual que la mia

Cosa Cosota dijo...

No sé si eso es bueno o malo... =)

A veces no me gusta cómo siento y vivo las cosas, aunque supongo que nos ocurre a todos