sábado, 15 de agosto de 2009

"Hoy va a ser un buen día"

Esta mañana, a las 9:55, mi madre estaba llamando a la puerta de mi habitación para despertarme. Obviamente me costó volver al mundo de los vivos, pues otra vez habia estado trasnochando haciendo más frikadas (Vero, mi peor influencia, descubrió un vídeo en youtube cachondísimo, y resulta que me he viciado a otra de esas horribles telenovelas argentinas sin argumento ni actores auténticos... En fín, que estuve perdiendo el tiempo). Pero al recuperar la consciencia sentí algo extraño en mí, una carga de optimismo y esa impresión de "Hoy va a ser un buen día", y sin más me puse a tararear una canción inexistente y esa media sonrisa tonta que me caracteriza dominó mi cara.
Y parece que tuve razón con esta sensación. A pesar de que nos han tangado en los chinos con unas pilas (¬¬) y la loca que viene a "limpiar" mi casa dos días a la semana ha ro
to... tachán tachán... ¡mi reloj! El que me traje del pueblo con toda la ilusión del mundo. El que temía que me molestara con su tic tac y resultó hacerme más agradable la habitación. El que me
recordaba a mi infancia. Sí sí, el mismo. Podéis pensar que exagero con esta mujer pero no es así. Es como el rey Midas en destructivo: todo lo que toca lo destroza. La última vez fue una caja de madera. Y mi mesa sigue llena de polvo, lo cual da que pensar...
Pero no, hoy toca pensar en positivo (soy tonta, lo sé, pero no pude evitar reírme al recordar el anuncio de "piensa en verde"... soy así), y la verdad es que hoy ha sido un buen día. Me he reído como nunca con mis amigas. Y no hay más que decir. Podría contar qué hemos hecho esta tarde, detallar cada instante y regodearme en ellos. Pero esos momentos nos pertenecen solo a nosotras, y realmente, no hay nada que contar.
Sólo que una tarde de verano sin salir de casa y pasando el rato con las amigas no es precisamente perder el tiempo.