jueves, 27 de agosto de 2009

Una historia de ¿amor?

Me gustabas mucho.
Supongo que al pricipio se debía a que eras el único. Mirara donde mirase ahí estabas tú, andando tranquilamente o hablando con voz suave y monótona. Pasaron los días y me fui fijando más y más en tí. No pude evitarlo. Te miraba a los ojos y sólo veía un vacío que me atraía más y más. No eras mi tipo. No eres mi tipo. Pero no podía sacarte de mi cabeza.
Y una noche mágica por fín te conocí. Esos aires de misterio y vacío se disolvieron, y dieron paso a un chico alegre con risa de niño que se esconde en un agujero de tristeza. Por unos instantes me prestaste atención y yo me sentí la persona más feliz del mundo, pero seguía siendo una cobarde y no me atreví a demostrarlo.
Después de eso el chico alegre desapareció, y fue sustituido por ese hombre aparentemente sin sentimientos. Pero ví que algo cambió. Tus ojos no estaban vacíos, eran anhelantes y estaban llenos de dolor, y tus manos temblaban. Temblaban, y esperaba, deseaba, que fuera por mí. Aún así nunca he tenido la confianza suficiente en mí misma y ahuyentaba con una mano estas fantasías, mientras que con la otra me sujetaba el corazón para evitar que se cayera.
Otra noche más y te acercaste. Yo me veo como una niña a tu lado, y pensé que así me veías tú a mí. Esa noche no hubo momento mágico. No hubo risas, ni baile, ni arena ni estrellas. Sólo fue un momento íntimo, carente de sentimientos, para nosotros dos.
Y la despedida fue rápida. Demasiado rápida para decir nada, para expresar lo que sentía cada uno. Otra vez la cobardía. Otra vez la mala suerte de las circunstancias. Un simple "Adiós y gracias" y al coche.
Noches de insomnio cargadas de tristeza vinieron después. Pensaba en tí, y aunque me doliera no volver a verte, me sentía agredecida de haberte conocido.
Y ahora, cuando te estoy olvidando, justo cuando ya se podría decir que lo he superado y que he pasado página, vuelves a aparecer, más fuerte que nunca. Me dices que soy guapa, que no tuviste la suerte de expresarme todos sus sentimientos con una mirada, que me echas de menos y que ojalá nos hubiéramos conocido en otras circunstancias en las que pudieras decirme todo esto sin buscarnos problemas.
Yo también me confieso y eres tan encantador que te pones rojo. Me prometes que vendrás a verme en cuanto puedas, y me pides que yo haga lo mismo, que vuelva pronto y podamos estar juntos.
Esta noche me dolió tu ausencia y vi todo esto como un sueño. Ya no sé qué es real, y si intento buscarle una explicación lógica es peor porque no tiene sentido que esto me haya sucedido.
Pero es real. No sé hasta qué punto, pero es real.
Y sigues teniendo esa sonrisa encantadora que me hechizó...




Y desde entonces le acompaña
una estrella que
desde el cielo cuida de él

2 comentarios:

TheAngelOfDeath dijo...

Es precioso...
Espero que tu historia acabe bien ^^.

nachi dijo...

¡Me encanta!
¿Sentimientos verdaderos hacia esa persona?
Seguro que tiene final feliz...
Te quiero!